La vida suele dar muchas vueltas, a veces a
favor más sin embargo otras no tanto. Un año atrás nunca pensé que sería la
persona que soy hoy en día, bien es cierto que las experiencias son el resultado
del fluir de nuestras vidas y que estas nos orientan hacia nuestro futuro.
No es secreto alguno
que no todos tenemos la vida que queremos más está en nosotros tratar de perfeccionarla
u adecuarla lo más posible a nuestro norte. Si pudiera volver al final de mi
primera década pero con los conocimientos que tengo hoy en día otra historia
fuera.
Últimamente las 24 horas de mi día no me dan abasto, mis días inician alrededor de las 5 de la mañana y terminan asomándose las 12 de la medianoche, realizo un sin número de cosas y no pienso ni digo que estoy cansada, fabrico el tiempo para todo lo que tenga que cumplir y hasta un poco más. Estoy enfocada en lo que quiero y como lo quiero, nada ni nadie me distrae de mis objetivos y de alcanzar mi meta. Pocas cosas me sorprenden, pocas personas son de mí fiar y mi familia es mi mayor tesoro.
Estoy VIVIENDO
mi año, mi vida, hacía tiempo por no decir nunca que no vivía un tiempo como
este. Si he tenido un año de crecimiento en todo el sentido de la palabra pues
ha sido este, todo se lo debo a Dios y a las vivencias obtenidas.
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