Arialdy Portorreal

Anteriormente eran días pero ahora han cambiado las cosas, he tenido una semana en la que todo me molesta y nada me agrada por decirlo de manera maquillada. De esos días donde quieres estar aislada, tranquila, sola, en fin, en paz. Esto me ha ayudado a meditar y hacerme hasta una  auto evaluación  tanto en la web como psicológica. Me di cuenta que mi actitud no me ayudaba o aportaba en nada y decidí menguar un poco mi humor. Comprendí que el mal genio, la intolerancia no deben de inmiscuirse en mi vida, eso pertenece tal vez a mi pasado pero no es parte de mi presente. He comprendido que la vida va más allá de la punta de mi nariz, que mi estado de ánimo afecta también mi interior y puede provocar hasta la muerte. Ninguno somos perfectos más podemos irnos perfeccionando en el camino. 

He tenido unas semanas muy ocupadas, de esas que quisieras que el día tuviera por lo menos 30 horas en vez de 24 y que a las semanas se le agregaran unos o dos días. Me tome uno de esos domingos prestados solo para mí y decidí ver una película que un conocido me había recomendado unos días atrás con la salvedad que me gustaría, pues esto me motivo un poquito más a verla. Un punto importante es que la película tiene como uno de sus temas central al amor, esa parte si me gusta pero en sentido general la película no fue de mi gusto. Si, trataba del amor pero de un tipo de amor que a mí parecer lo considero cobarde. Ambos tenían gran parte de sus vidas juntas, fue de ese amor el cual se entrega sin medidas, llegaron al punto que por problemas económicos tuvieron ambos que prostituirse. Usaban sustancias alucinógenas, se prostituían, la joven tuvo un aborto y a la vez conflictos con sus padres, llego al punto hasta de internarse en un centro de rehabilitación mientras que su pareja