Dicen que con los años vamos cambiando, que en nuestro corazón se va formando un tempano
de hielo pero realmente pienso que son las mismas vivencias, las casualidades
de la vida lo que te hacen ver las cosas de un modo diferente, no es ser frió
ante la situación ni pasarla desapercibida pero si pienso que las cosas van
tomando su orden de prioridad todo aquello que realmente merece atención y que
no merece tanta.
Ayer mi padre se encontraba en una intervención quirúrgica más
sin embargo por asuntos laborales no me podía encontrar físicamente con el pero
nunca perdí la comunicación con mi madre y siempre estuve pendiente del más mínimo
detalle, me sentí mal al saber que era
la primera vez que no estaba en un momento cumbre y que sé que me necesitaban
pero tengo unas obligaciones que cumplir, trate de modificar la situación y
adecuarla según el panorama que ocurría.
Muchos me dirán que porque no estuve en un momento tan
importante y que la familia son esencial pero ahora cuento con nuevas
responsabilidad y todo esfuerzo tiene su recompensa.
Aun a la distancia siempre estuve presente y
creo que de cierto modo cuenta, soy de las que piensa que una llamada o mensaje
tiene gran peso en un momento importante si no se puede estar físicamente.
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