Hace un poco más de una semana que mi médico me dijo que debo de operarme y de emergencia, tanto así
que tuve menos de 15 horas incluyendo las horas de la madrugada para prepararme
y estar lista para la ´´pequeña intervención quirúrgica´´. Al otro
día estuve a las 7:00 am en punto en el
centro clínico, mientras realizaba los transmite con el seguro y con la clínica, el reloj marcó las 8 am. Estuve acompañada de mi madre, una prima y una amiga.
Al inicio estaba un poco preocupada pq era mi primera intervención
quirúrgica, nunca antes había estado en un quirófano y tenia medio. Las
manecillas del reloj continuaron su paso y aun no me llamaban para
intervenir, mientras esperaba le dije a mi prima que cruzáramos al edificio
del frente, a la torre de Oncología, fuimos. Cuan equivocado estamos de la
vida. Nunca había percibido tan de cerca la realidad de las personas con
problemas oncológicos.
Al momento de entrar sentí una energía que me erizo la
piel, fui al área de información, quería inscribirme de voluntaria pero
lamentablemente no tienen esa opción, les hable sobre donar mi cabello y me
dieron toda la información de lugar. Por un minuto me detuve a mirar a cada una
de las personas que se encontraban en ese lugar, algunos ya con un cáncer en su
etapa final pero aun así luchan, luchan contra la muerte. Salí triste porque no
pude ser voluntaria que fue a lo que realmente fui pero por otra parte salí feliz,
ellos me dieron fuerza, ánimo para mi operación.
Por un instante pensé en lo saludable que estoy gracias a Dios, en lo bendecida
que soy pq soy joven, tengo fuerza, salud y a mi familia.
Mi madre me reprocha y dice que como minutos antes de
una operación yo pienso en donación y
ayuda cuando debería de estar tranquila y conversando con Dios pero
lamentablemente mami, tú tienes tu método de comunicación con Dios y yo tengo
el mío y el mío es mediante los ojos de las otras personas, el compartir, el
ayudar. Muchas veces las personas duran horas y horas orando pero sus acciones
son totalmente opuestas.
En cuanto me recupere iré a donar mi larga cabellera,
con la gracia de Dios ella volverá y crecerá.
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