Siempre me han gustado
las causas sociales, ayudar al necesitado y al no tanto también, tengo vocación
de servicio, durante años en conjunto con mis amistades hemos venido realizando
lo que son diferentes obras sociales durante el transcurso del año. Este año ha
sido especial en mi vida, decidí imponerme retos, metas pero que sean para toda
la vida, comencé el año con el azul, el color de lo infinito, así como el
cielo, el mar…
Trabajando todas las áreas
de mi vida de manera infinita, la personal no se puede quedar. Estoy siendo
soporte de un proyecto de emprendimiento que en un futuro no muy lejano tendrá un
gran impacto positivo en la sociedad. Todo comenzó como una idea de una conversación,
luego como sueño y ya casi prácticamente es una realidad.
El proceso no ha sido fácil,
al inicio solo contaba con 3 personas y hoy en día ya somos 8, estamos presentando
múltiples inconvenientes pero somos un equipo lleno de valores, principios,
muchas puertas se nos han cerrado y muy pocas se han abierto. Pedimos ayuda a
conocidos y muchos de ellos simplemente no quisieron ayudarnos pero estábamos enfocado
en lo que queríamos y como lo queríamos.
La vida es un constante
cambio y luego de cada caída existe una recompensa. Este proyecto es infinito,
solo es cuestión de proponernos aquello que deseados, enfocados y sin mirar atrás.
Comentarios
Publicar un comentario