Mi vida siempre ha
sido bajo perfil, no es que he tenido
nada ni mucho menos pero lo poco que hago lo realizo en silencio, tranquila, en
mi mente me hago mi mundo…
Sin mucho escándalo, en silencio, pero eso fue hasta el último trimestre de este año cuando sin comentárselo a nadie me mude a otro país. Iniciaron los bombardeos de opiniones, todos opinando sobre mi vida. Preguntas sobre el cambio de país, que si trabajo o no, que con quien vivo y con quien no, en una ocasión llegué a sentirme como juzgada por todos pero nada de eso me desenfoca.
Ante toda esta incertidumbre y ser yo el centro de atención de
familia y amigos pues no me quedo de otra que actualizarlos, sentarnos y
conversar. Soy responsable de mis actos,
de todo aquello que hago y como lo hago, inmensamente agradecida de sus preocupaciones
pero hasta un punto. Soy de las que
piensa que todo es posible pero hasta donde nosotros lo deseemos. No podía dejar
que esas opiniones muchas de ellas negativas me afectaran en el proceso el cual
estaba y estoy pasando porque al hacerlo no me ayudaba absolutamente en nada.
Muchas cosas me han pasado, un gran por ciento de ellas de
mucho aprendizaje y no precisamente de la mejor manera pero gracias le doy a
Dios que nunca me ha dejado desistir, tengo unos ángeles en la tierra que si
medio me resbalo pues ahí están para mí para escucharme, para aprender de sus
experiencias y enseñarme a conocerme mejor.
Estoy enfocada en lo que quiero y como lo quiero. El camino no es fácil, ni lo será pero lo que fácil
viene pues fácil se va.
Vive!
Vive!
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