Los años es el mejor regalo que nos da la vida, con
ellos aprende un sin número de cosas pero claro, luego de mil intentos
fallidos. Nunca pero nunca comprendía
cuando me decían: En unos años te darás cuenta que no todo es como lo vez .
¡Bingo,
así mismo fue!
Desde pequeña crecí en un ambiente conservador y
tradicionalista. Mi madre, hija única criada a la antigua de los tiempos del
descubrimiento de américa decidió
seguirle los pasos a mi abuela; no tengo hermanos/as y criada en la época de la
independencia nacional. Era de esas niñas de vestidos, domingo de misa y familia. Mi educación fue en un colegio de monjas por
las tardes ayudaba en el grupo de oración y en un momento llegué a decir que
iba a ser monja, algo normal por ser eso lo que veía la mayor parte del tiempo.
De los cumpleaños de mis compañeros yo era la
primera siempre en irme, a las 9:00 pm me estaban buscando y si era a las 10:00
ya era un trasnoche de mis padres de no
haber pegado un ojo. Al otro día en el
colegio solo escuchaba las historias…
En mi adolescencia como características propias de
la edad realice mis revelaciones de conducta, como dicen en mi país: hice mis piques,
rabietas.
Cómo universitaria, fue la mejor etapa para ellos,
solo estudiaba y estudiaba.
Ya adulta, independiente y tarde encontré mi verdadera personalidad. No seré monja, creo
en un Dios más no en religiones, creo en el amor más que en un papel, me disfruto todas mis etapas pero a mi modo.
Me criaron muy pesada de equipaje pero gracias a los años los fui dejando poco
a poco en el camino, soy ligera de equipaje y en ocasiones ni lo llevo. Si, en
ocasiones no lo llevo porque hay días o momentos que realmente se me olvidan, los dejo.
Si seguía llenando este equipaje con todo lo que me
iba dando los años no iba a llegar ni a mi tercera década.
Vacíe todo, tome como equipaje nuevo una maleta pequeña y de ruedas porque al tener
escoliosis en mi espalda, no puedo sostener nada pesado en mis hombros J
. Pequeña y con ruedas, para que lo poco que lleve sea a la vez fácil de
cargarlo.
Nada ni nadie me estresa. Antes me juzgaban y en
ocasiones llegué a sentirme mal pero ahora si tengo que dar mi opinión la doy,
no me ahorro nada, el que me juzga mínimo
me mantiene o ha vivido mi vida. Me coloque crema hidratante y con un poquito
de olor para que todo me resbale y cuando pase le quede el olorcito grabado.
Por eso siempre estoy tan suave y huelo rico J.
No es que vivo
mi vida a la ligera, nunca! Simplemente comprendí un poco tarde como quiero
vivir y a la vez rompiendo esquemas en mi familia (nada fácil). Quiero educar a mis niños en valores pero
cada uno con su personalidad, respetándoles
sus gustos, creencias y sobre todo no decidiendo por ellos.
Muchas cosas no me sorprende, un gran porciento de
las cosas no me inmutan. Puedo ver y oír y no pasa nada. Les agradezco tanto a
mis años y claro, las cosas que he vivido y cómo las he vivido. No todos somos
iguales, cada quien a su ritmo.
¿Qué tipo de equipaje llevas tú?
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